A finales del pasado mes de febrero, se inició nuevamente la campaña de seguimiento de la población de guirres en Canarias, en el marco de la Acción D.1 del Proyecto LIFE Egyptian Vulture. Este seguimiento es llevado a cabo por el equipo de la Estación Biológica de Doñana-CSIC dirigido por el Doctor D. José Antonio Donázar, bajo la coordinación de la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, este año con algunas dificultades derivadas de la emergencia COVID-19.
Los datos preliminares de este año parecen indicar que se producirá un nuevo incremento en el número de territorios de cría en Fuerteventura y probablemente también en Lanzarote, y en conjunto se podrían superar las 80 unidades reproductoras, pero también que puede tratarse de un año muy irregular en lo que se refiere al éxito reproductor.
Se confirmaría así la tendencia positiva de la población de guirres observada en los últimos años. Durante el año 2019 se localizaron un total de 77 territorios de cría, 71 territorios en la isla de Fuerteventura y 6 en Lanzarote – Archipiélago Chinijo, lo que supone un incremento del 4% con respecto al año anterior.

Por otro lado, la población estaría compuesta por al menos 361 individuos, 12 ejemplares más que el año anterior (3,4% de crecimiento). Los ejemplares reproductores serían 163 (151 en Fuerteventura y 12 en Lanzarote), mientras que se habrían contabilizado un total de 198 guirres no reproductores. El 90% de los ejemplares de la población estarían identificados y sólo 40 ejemplares no portan ningún tipo de anilla.
No obstante, 2019 aparece como uno de peores años en la serie histórica en lo que respecta al éxito reproductor. Este año sólo han volado 28 pollos lo que supone el 63% de los pollos volados en 2018, con una productividad de 0,33. La tendencia a largo plazo en los parámetros reproductores sigue revelando una fuerte irregularidad y una aparente tendencia decreciente.
Aunque la mortalidad no natural en la población de guirres se ha reducido, entre octubre de 2018 y octubre de 2019, se han detectado la muerte de cinco individuos, uno por electrocución, otros dos también por posible electrocución y dos por causas desconocidas. Esto supone tres guirres muertos más que en mismo periodo de 2018. Otros dos guirres han ingresado en centros de recuperación, uno por intoxicación y otro con debilidad, que han podido ser reintegrados a la naturaleza.
