Fue un día triste para todos aquellos a quienes les importa el porvenir del alimoche en Italia, aquel en que se descubrió que Lucrezia había muerto electrocutada en los campos de Apulia.
El episodio se remonta al 16 de junio de 2020, pero solo el 20 de agosto de 2020, gracias a una señal débil y aislada recibida del GPS que llevaba Lucrezia y al empeño del ornitólogo D. Pino Giglio de LIPU, fue posible encontrar sus restos mortales. Con la intervención y el soporte del personal del proyecto LIFE Egyptian vulture y de los Carabinieri Forestales, el cadáver ha sido entregado al Instituto Zooprofiláctico de Apulia y Basilicata.

La joven alimoche había nacido en el CERM en 2017 y había sido liberada en 2019 en el Parque Natural de la Murgia Materana en el ámbito del proyecto LIFE Egyptian vulture. Tras haber transcurrido en Calabria el invierno 2019-2020, en mayo de 2020 había regresado a las proximidades del área de liberación. Tanto durante su estancia invernal en la provincia de Reggio Calabria como durante sus desplazamientos entre Apulia y Basilicata, Lucrezia había sido seguida y vigilada por muchos voluntarios y por los Carabinieri Forestales y en las áreas de parada e invernación se habían preparado para ella varios puntos de alimentación.

El proyecto LIFE Egyptian vulture, en el que está implicada E-Distribuzione como coordinadora del partenariado internacional, aspira a reducir el riesgo de dichos eventos aislando numerosos postes localizados en áreas sensibles para el alimoche.
Lucrezia frecuentaba un área de la Alta Murgia ideal para la alimentación de las aves rapaces pero, lamentablemente, casi completamente desprovista de árboles: por ello, los postes son a menudo los únicos posaderos disponibles. De hecho, el cuerpo del alimoche se ha encontrado justo fuera de la base de cemento de un soporte con punto de derivación. Se trata de una estructura que presenta al menos dos puntos críticos en los cuales, sobre todo posándose o alzando el vuelo, las aves con envergadura medio-grande pueden ser víctimas de electrocución (tocando una placa puesta a tierra y, al mismo tiempo, el cable eléctrico).
La muerte de este alimoche es un mazazo para todos aquellos que se han empleado a fondo para que naciera, para su liberación y para su vida de animal libre y ha sustraído un valioso individuo a la reducidísima población italiana de esta especie.

Intervenciones como las puestas en práctica con el proyecto LIFE Egyptian vulture dan una contribución importante para limitar concretamente el riesgo de estos episodios y deberían ser extendidos a otras áreas sensibles para esta especie.